Si bien es prematuro evaluar que sucederá en Argentina a partir de las medidas que tomó el nuevo gobierno en su primera semana, lo que se puede avizorar es lo siguiente:
Los mercados financieros
reaccionaron positivamente desde el primer momento y siguen positivos. El
indicador de riesgo país sigue bajando ya que los títulos de la deuda pública
cotizan en alza y la brecha cambiaria ha disminuido, aún luego de la
devaluación del Dólar oficial.
Lo que mas genera incertidumbre
es la reducción del déficit fiscal. No se entiende todavía, por los indicios
que hay, si se logrará en el corto plazo. Si bien la reducción de la cantidad
de ministerios y de cargos políticos, debería funcionar inmediatamente, eso no
será tan relevante como la quita de subsidios en los servicios públicos, que
demorará un tiempo mas y la cancelación de las deudas con proveedores del Estado,
de la cual se desconoce su magnitud.
Lo que genera sospechas sobre que la reducción
del déficit será compleja y demandará tiempo es que no se han anunciado
reducciones de impuestos, ni inmediatas ni a mediano plazo. Respecto de esto, el
anuncio al sector rural de la unificación de la alícuota de las retenciones agrícolas
aparentemente no entraña ninguna reducción de recaudación, sino un redistribución
de la carga impositiva entre la soja y el resto de los productos.
Respecto de los precios, la
estampida que se está viviendo no es vista con malos ojos, ya que un indicador
de inflación alto en diciembre quizás produzca una reversión de la tendencia a
partir de enero debido a la reducción en el consumo por perdida en el poder
adquisitivo de los ingresos. Será duro, pero así funcionan los procesos
antiinflacionarios reales. La buena noticia que cambiará las dudas que le
surgen al votante que eligió esta opción, será la reversión del índice de inflación.
Si esto no ocurre en enero o quizás en febrero, será mas molesto para los que se
les sigan licuando sus ingresos.
La actividad económica sufrirá
una caída (esto no es novedad para nadie) y de este proceso surgirán ganadores
y perdedores. Lo novedoso es de proceso es que surgirá una real competencia por
precios, y el que se sepa adaptar sobrevivirá. Con la retracción de los ingresos
que ocurre en el presente y seguirá ocurriendo en los próximos meses, el que adapte mejor sus costos y reduzca sus
pretensiones de utilidades inmediatas, y esto lo traslade a precios mas
competitivos, es el que sobrevivirá. El que no se adapte perderá mercado o quizás
quede totalmente afuera de su mercado.
Como impacta esto en el desempleo?
Evidentemente tiene un impacto negativo, con la promesa de reversión hacia el
futuro.
En Argentina el desempleo no es el
indicador que marca el INDEC ya que deja afuera a los que cobran planes
sociales (en la encuesta dicen que no buscan empleo, a pesar de que no tienen
empleo) y hay muchos subsidios que se cobran con recibo de sueldo, por lo cual
no se marcan como desempleo.
Pero el indicador de desempleo va
a subir y va a ser uno de los últimos indicadores en revertir la tendencia.
Para que este proceso sea exitoso
en materia económica, el primer indicador que debería mostrar una tendencia positiva
sería el índice de inflación. Que comience a bajar en enero o febrero sería
ideal. Luego deberían verse indicadores de disminución del déficit fiscal. Si
esto se logra lo que sigue es comenzar a ver que la cotización del Dólar es
libre y la cotización se mantiene estable, dentro de una variabilidad mínima.
El paso siguiente, que puede darse en un año o dos, es que la actividad
económica muestre indicadores de recuperación. Finalmente, y no creo que ocurra
en un plazo de menos de tres o cuatro años, debería empezar a mejorar los
indicadores de desocupación.
Por supuesto que hay factores que
harían todo este proceso mas viable y aceleraría los tiempos, como por ejemplo
una cosecha récord o buenos precios de los commodities. También ayudaría una
rápida recomposición de las reservas de divisas en el Banco Central, así como
también es estrictamente necesario que el Gobierno Nacional no le siga robando
las reservas al Banco Central.
También será muy positivo para
que el proceso tenga éxito la quita de regulaciones, la simplificación de
trámites, la disminución de alícuotas impositivas y la eliminación de los
impuestos patrimoniales.
Pero todo es un proceso que lleva
tiempo, y se debe tener en cuenta que en economía es incorrecto hablar de “soluciones”,
solo hay mejorías o empeoramientos a lo largo del tiempo. Las mejorías como la
disminución de la tasa de inflación o el incremento de las reservas, pueden
generar expectativas positivas que permitan acelerar esas mejorías y que no sean
transitorias. De modo contrario, los empeoramientos pueden generar expectativas
negativas que profundicen los resultados negativos.
En este período de cuatro años no
corresponde hablar de crecimiento económico, ya que es un proceso de largo
plazo donde juegan el ahorro y la inversión para el incremento de la capacidad
de producción. Si se logran los resultados buscados de estabilización en este
período de cuatro años, vamos a estar discutiendo sobre el crecimiento
económico a futuro de la Argentina
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