Seguramente se imaginarán un
final de “y vivieron felices y comieron perdices”, pero no, realmente no fue
así.
Cuando se empezó a correrse la
noticia que era peligroso pasar por el bosque de Sherwood, se fue reduciendo la
cantidad de viajeros que lo atravesaban, por lo tanto, los botines de los robos
fueron disminuyendo y, consecuentemente, cada vez había menos para repartir.
Al mismo tiempo, empezaron a
llegar más personas sin recursos al bosque, para sobrevivir del reparto de los
bienes saqueados.
Debido a que los botines de los
robos disminuyeron, comenzaron los primeros problemas con el reparto, y si bien
en un principio se pudo administrar la escasez, cuando se sucedieron varios
períodos se desató la crisis.
Probaron salir a robar a otros
lugares fuera del bosque, pero tuvieron poco éxito, ya que eran ladrones
reconocidos y advertían su presencia con anticipación.
Si bien, los habitantes del
bosque seguían viviendo a expensas de lo que Robin Hood y su banda les
proveían, no estaban satisfechos ya que cada vez había menos comida para
repartir entre más personas.
La crisis se profundizó, los
benefactores dejaron de ser populares, consecuentemente la banda de Robin Hood
se desbandó, los habitantes del bosque se fueron a buscar nuevos destino, el
bosque se despobló y se fue talando poco a poco, hasta casi desaparecer en la
actualidad.
En realidad, no fue un final
feliz, nunca podría ser un final feliz tratándose de una banda de ladrones.
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