La designación del Superministro
ha despertado buenas expectativas, que se han reflejado en algunos medios de
comunicación y en el freno a la suba del dólar informal.
Luego de las primeras medidas
económicas y con la expectativa de nuevas medidas, en especial, las que apuntan
a reducir el déficit del sector público, es preciso preguntarnos: cambiará algo
para mejor con Massa?
La respuesta es: No.
Puede suceder que momentáneamente
se generen expectativas positivas, que algunos indicadores mejoren, que baje
algo la inflación, que se reduzca un poco la brecha cambiaria, etc., pero en el
fondo nada cambiará.
Para que realmente haya cambios reales,
que encaminen a la economía argentina hacia un sendero de estabilidad y
crecimiento a largo plazo, deben darse, por lo menos, estas condiciones
mínimas:
- No debe haber mas precios regulados por el Estado. Los precios establecidos por funcionarios públicos son un impedimento para que se invierta en los sectores de la economía que son regulados. Esta falta de inversión genera retrocesos en el crecimiento, desgaste del capital y pérdida de empleos. No existe ningún ejemplo en el mundo de desarrollo de un país con política de precios regulados.
- El Estado debe dejar de utilizar las Reservas del Banco Central para pagar deuda externa. En la medida que se continúe con esta práctica, no hay posibilidad alguna de estabilidad cambiaria hacia el futuro. Esto es independientemente del funcionario o signo político que ejerza el Poder Ejecutivo.
- Revertir los impuestos confiscatorios. En la medida que el sistema impositivo tenga alícuotas y bases imponibles que no existen en otros países del mundo, la argentina no va a ser elegida como destino de inversiones, y en ese sentido la argentina viene perdiendo posiciones desde hace años en captación de inversiones con sus competidores regionales: Brasil y México.
Hay muchos ejemplos para tomar de
países que han logrado un grado importante de desarrollo en las últimas décadas,
desde los “tigres asiáticos” en la década del 80, pasando por las exrepúblicas
soviéticas de Europa Oriental o comparando con las políticas económicas de
nuestros vecinos latinoamericanos que han crecido mas del 200% en los últimos
20 años.
Si no se dan estas condiciones mínimas,
no hay mas futuro que estancamiento e inestabilidad para la economía argentina.
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